viernes, 16 de diciembre de 2011


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En días pasados nos sorprendió lo que expresó un Aleyo, que hace poco había recibido un Eshu, cuando enfatizó:”…como Eshu no me ha cumplido lo que le pedí, no le voy a cumplir la promesa que le hice y lo tengo castigado,  pues lo tengo en el estante de la biblioteca… y no lo he atendido más…(sic)”. Después de oír esto, no sabemos por quien sentir más lástima: si por Eshu, “que se encuentra castigado” en el estante de la biblioteca de un “verdadero verdugo”, o si por el Aleyo incauto que cree que sus males van a disminuir después de haber ejecutado tan errónea acción con una de las más temibles entidades a la hora de repartir castigos para aquellos que no modifiquen sus hábitos de comportamiento.
Casos como este, se han producido, se producen día a día y se seguirán produciendo durante mucho tiempo más, si quienes están en posición de permitir el ingreso de personas a la religión no comienzan a repartir la debida instrucción a sus nuevos adeptos.
Y este es un ejemplo muy típico de lo que viene sucediendo desde hace décadas con todas aquellas personas que buscan un refugio, un soporte, una guía dentro de las Religiones Yorubas: no saben con exactitud en el campo que se están involucrando, presumiendo que pueden hacer aquello que se les venga a la mente y no recurren a la orientación de sus mayores para el ejercicio de acciones que les pueden ser más perjudiciales que beneficiosas.
Ningún ser humano, no importa la Consagración Religiosa que tenga, tiene la capacidad de obligar o someter bajo su dominio a ningún Osha, Orisha u otra Entidad, de cualquier campo que sea. Es ilógico e inverosímil pensar que nosotros, simple mortales podamos tener bajo particular control y someter a nuestros deseos a Deidades y Entidades que durante miles de años han estado presentes en el mundo por mandamiento divino de Oloddumare. Mucho menos podemos siquiera imaginar que sancionaremos a seres superiores porque no satisfagan pedimentos que les formulemos y consideremos que nos merecemos sin mediar ninguna otra razón.
Es necesario aclararle a este tipo de personas que si se busca una guía religiosa, si se decide caminar por las sendas de la espiritualidad, en primer lugar debemos ser humildes. De igual forma debemos ser tolerantes y pacientes en lo que respecta a la solución de los problemas que vivimos. Sería importante preguntarle a aquellas personas “que piensan en castigar” a Orishas, Oshas, otras deidades y entidades: ¿Qué están haciendo ellos o a que estarían dispuestos, para lograr su mejoramiento, su cambio, su transformación, su desarrollo en el campo espiritual?  
No se pueden pensar en merecer todo en la vida y lograrlo sin haberse sometido a sacrificios o esfuerzos de su parte, ya que en ninguna corriente religiosa o espiritualista las Entidades nos resolverán problemática alguna a través de “toques mágicos instantáneos”.
Las Entidades Superiores  tampoco están obligadas a cumplir todos los pedimentos que les hagamos: nos otorgarán las soluciones que correspondan según nuestro comportamiento y permitirán que alcancemos las metas que están trazadas en el camino de nuestro destino.
No hay que engañarse y hay que entender la Verdad y vivir dentro de la verdad; pero no la verdad particular de cada persona, si no a esa verdad que nos imponen las Leyes Espirituales.
Nosotros no podemos someter a Orishas y Oshas: nosotros estamos sometidos a los principios y fundamentos establecidos en la Cosmología, Filosofía y Metodología de las Religiones Yorubas.
Vana es la creencia de aquellos que creen que las deidades se encuentran bajo nuestra potestad. Bien los establece un Odu del Corpus de Ifá: HAY QUE SER ESCLAVOS DE LOS ORISHAS Y OSHAS, PARA NO SER ESCLAVOS DE LOS HOMBRES.
read more "LOS OSHAS Y ORISHAS: ¿podemos dominarlos?"
 

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